martes, 31 de agosto de 2010

JAIRO ANIBAL NIÑO

Hablar de Jairo Aníbal Niño es hacer un poema con lápices de colores donde el rojo, el azul y el amarillo se combinan indefinidamente hasta formar un coro celestial. Es también descubrir ese niño que todos llevamos por dentro y que encuentra un mundo maravilloso a su alrededor. Él, que supo vivir la magia de la infancia y de la adolescencia, nos abandona a sus 69 años dejándonos una producción asombrosa en contenido e inspiración. Resultará difícil pensar en su ausencia, pero basta tomar uno de sólo de sus poemas para sentir cómo el alma se rejuvenece y cómo reaparece su energía inundándonos de amor y de gozo por la vida. LVV


lunes, 30 de agosto de 2010

VENTANA SOBRE LA PALABRA

I
Los cuentacuentos, los cantacuentos, sólo pueden contar mientras la nieve cae. Así manda la tradición. Los indios del norte de América tienen mucho cuidado con este asunto de los cuentos. Dicen que cuando los cuentos suenan, las plantas no se ocupan de crecer y los pájaros olvidan la comida de sus hijos.
II
En Haití, no se pueden contar cuentos durante el día. Quien cuenta de día, merece la desgracia: la montaña le arrojará una pedrada a la cabeza, su madre sólo podrá caminar en cuatro patas.
Los cuentos se cuentan en la noche, porque en la noche vive lo sagrado, y quien sabe contar cuenta sabiendo que el nombre es la cosa que el nombre nombra.

III
En lengua guaraní, ñe'~e significa "palabra" y también significa "alma".
Creen los indios guaraníes que quienes mienten la palabra, o la dilapidan, son traidores del alma.


IV
Magda Lemonnier recorta palabras de los diarios, palabras de todos los tamaños, y las guarda en cajas. En caja roja guarda las palabras furiosas. En caja verde, las palabras amantes. En caja azul, las neutrales. En caja amarilla, las tristes. Y en caja transparente guarda las palabras que tienen magia.
A veces, ella abre las cajas y las pone boca abajo sobre la mesa, para que las palabras se mezclen como quieran. Entonces, las palabras le cuentan lo que ocurre y le anuncian lo que ocurrirá.
V
Javier Villafañe busca en vano la palabra que se le escapó justo cuando iba a decirla. ¿Adónde se habrá ido esa palabra que tenía en la punta de la lengua?
¿Habrá algún lugar donde se juntan las palabras que no quisieron quedarse? ¿Un reino de las palabras perdidas? Las palabras que se te fueron, ¿dónde te están esperando?
VI
La A tiene las piernas abiertas.
La M es un subibaja que va y viene entre el cielo y el infierno
La O, círculo cerrado, te asfixia.
La R está notoriamente embarazada.
-Todas las letras de la palabra AMOR son peligrosas -comprueba Romy Díaz-Perera.
Cuando las palabras salen de la boca, ella las ve dibujadas en el aire.

Tomado del libro Las palabras andantes de Eduardo Galeano.

lunes, 16 de agosto de 2010

LA ISLA BAJO EL MAR de Isabel Allende

“… Cuando yo todavía no sabía andar, me hacía danzar sentada, y apenas pude sostenerme sobre las dos piernas, me invitaba a perderme con la música, como en un sueño. “Baila, baila, Zarité, porque esclavo que baila es libre… mientras baila”, me decía. Yo he bailado siempre”.

De la mano de la esclava Zarité, ISABEL ALLENDE nos lleva a recorrer una historia que se inicia en Santo Domingo (actualmente Haití) en el año de 1770 y termina en Lousiana en 1810. Con ella vivimos múltiples y desgarradoras experiencias pues vemos cómo desde los nueve años esta pequeña es comprada para servir a su amo Toulouse Valmorain, dueño de una de las plantaciones de azúcar más ricas de la isla y donde se desarrolla una gran parte de la novela marcada por la servidumbre y la opulencia, la esclavitud y la libertad. Conocemos también a Violette Boisier, una mulata cortesana dedicada al placer y a ser útil a sus amantes; a Eugenia García del Solar, primera esposa de Valmorain, quien pierde el sentido de la realidad y debe dejar a Tété (o Zarité) el cuidado y la educación de su hijo Maurice; a Tante Rose, capaz de curar con sus hierbas y rituales africanos; a Adele, compañera del médico Parmentier que es incapaz de reconocer a sus hijos; a Hortense, segunda esposa de Valmorain, dominante y llena de odio contra toda persona ajena a su condición social; a Rosette, bella hija de Tété quien vive con los privilegios de una niña libre hasta que su destino cambia totalmente. Son muchas las mujeres que dan un ambiente de magia a esta obra marcada por la lucha de los esclavos en el siglo XVIII y sus deseos de conseguir la libertad. Así, Zarité pone su destino en esta sociedad del Caribe donde la presión de los blancos sobre los negros es brutal y no se acepta que éstos sean seres humanos y tengan derechos como los demás.
Finalmente, después de muchas luchas y variados sufrimientos, esta esclava llega a un mundo soñado, a un mundo parecido a LA ISLA BAJO EL MAR donde los dioses y los espíritus viven en libertad, pues alcanza la dignidad que le corresponde y se abre camino a la felicidad. LVV

“Ayer mismo estuve bailando en la plaza con los tambores mágicos de Sanité Dedé. Bailar y bailar. De vez en cuando viene Erzuli, loa madre, loa del amor, y monta a Zarité. Entonces vamos juntas galopando a visitar a mis muertos en la isla bajo el mar. Así es”.