domingo, 18 de enero de 2015

CIELO PARCIALMENTE NUBLADO de Octavio Escobar Giraldo


Por fin tuve entre mis manos uno de los libros de Octavio Escobar, un escritor colombiano nacido en Manizales y de gran valor en las letras que circulan por este lado del planeta.  Es numerosa su producción literaria y son muchos los reconocimientos que ha recibido y que le dan peso a su trabajo como narrador de temas de actualidad y verdadero novelista.

Entretenida su obra Cielo parcialmente nublado y sobre todo interesante para quien ha vivido en su misma ciudad, recorrido sus mismas calles y disfrutado el sabor de su tierra y de una época cuyo aliento se ha quedado grabado en la piel. Debo añadir, para quien ha sido partícipe del desarrollo de su ciudad y de los interminables conflictos que hemos vivido por cuenta de la violencia. Así, al lado de su protagonista, un observador callado y preciso, es fácil captar la intención del autor. Vemos como, a través de su relato, vuelve a sus raíces, a su familia, a su ciudad, a ese sitio que lo vio crecer y que le regaló buena parte de sus vivencias y de esa manera de enfrentar el mundo. Desde España, llega con la obligación de ver a su padre que se encuentra enfermo por la situación que vive Colombia frente a los grupos armados y un posible tratado de paz con la guerrilla. Observa y detalla a cada persona, cada objeto, cada situación y costumbre. Le interesa interactuar con todos, volver a ese mundo cargado de recuerdos y de deseos, y al final descubre que todo es diferente. Ya no pertenece a ese país que teme por su violencia e injusticia, a esa Colombia de los años 90 plagada de sangre y fatalidad, a esa patria que añora y que le inquieta encontrar de frente. Se siente extraño y no logra encajar en este ambiente de tensión. Sin embargo, sale ileso de muchos momentos que presagia como peligrosos y a punto de acabar con su tranquilidad. Logra, eso sí, acercarse  sus padres y a su hermana que ama y que hacen todo lo posible por brindarle los mejores días de su estancia en Manizales. Un acercamiento que valora, pero que se ve opacado por el deseo de regresar a ese país donde trabaja, tiene a su esposa y a su hija, unos cuantos amigos y un sencillo trabajo. No muestra el más mínimo interés por lo suyo, por ese mundo que debió dejar y que ahora ve lejano e inaceptable. En definitiva, es un extranjero más, invadido por un miedo que amenaza su cotidianidad y que lo lleva a un verdadero desarraigo afectivo. 
 
Un buen manejo de diálogos agilizan esta obra y le dan un cuerpo cinematográfico que fluye con facilidad. Se percibe también una combinación del carácter histórico y sentimental de su contenido. Como en un duelo, su protagonista  se enfrenta a su pasado, a su mundo interior, a sus conflictos hasta llegar al contacto con su tierra y con la triste realidad colombiana que prefiere evadir. Un cielo parcialmente nublado es lo que teme y  prefiere marcharse.

miércoles, 14 de enero de 2015

CONTRA EL VIENTO de Ángeles Caso


"Nunca he sabido si es más duro no poseer jamás la gloria o haberla conocido por un momento y perderla después”.
“La vida tomará su propio impulso, girará sobre sí misma, dará volteretas, irá arriba o abajo repentinamente enloquecida, brutal y nos empujará a su capricho, hacia el paraíso o el abismo, al margen de nuestro esfuerzo y nuestros méritos”.
“¿Quién vivió mejor? Eso no lo sabe nadie, cada cual hace lo que puede y siente. Nunca se sabe nada. Se escoge un camino, pensando que es el mejor, calculando los pasos que te van a llevar a una vida feliz, pero ningún cálculo sirve”.

Respetable la elección de Sao, la protagonista de esta historia, como la persona que más se admira en el mundo porque ha sido capaz de sobrevivir a múltiples situaciones que parecen imposibles de enfrentar. Esto lo dice quien inicia el relato y es cómplice de todas las aventuras que vive Sao, una mulata de Cabo Verde que nació en el monte y creció lejos de su madre buscando aquí y allá todas las maneras de salir adelante, sin lograr cumplir sus sueños e invadida por la soledad, la pobreza y el desamor. En contraste con esto, la hermana de Miguel, Antonio, Ernesto y Javier, no se cansa de alabar la existencia de Sao, porque ella que todo lo ha tenido, ha vivido encerrada en sus miedos, invadida por el temor a los cambios y angustiada frente al riesgo. Seguramente lo heredó de su progenitora, incapaz de reír y de cantar en su hogar, incapaz de desafiar su destino al lado de un hombre machista y dominante que solo supo crear odio y amargura a su alrededor, incapaz de transmitir a sus hijos la fortaleza necesaria para lograr una vida plena, así tenga que enfrentar múltiples retos.
Toda una crítica social es este Premio Planeta 2009. Una descripción de la pobreza y las condiciones que soportan muchos seres abatidos por la falta de dinero para salir adelante y sobre todo por tener un color de piel que los margina y una condición femenina que acentúa esta situación. Es la lucha que deben llevar a cabo día tras día, enfrentando diferentes patrones, sobreviviendo con salarios miserables, viajando de un lugar a otro, soportando humillaciones y negativas; pero siempre con la ilusión de encontrar un día mejor. Tal vez, es esta la cara positiva de Sao, la que le permite reconciliarse a ratos con la dulzura, con el amor y con la amistad, aunque al final tenga que sobrellevar el olvido. Son miles los retos para esta mujer llena de contrastes, a la que siempre se le niega la posibilidad de triunfar.

Y finalmente, vuelvo a mi comentario inicial: Respetable la elección. Durante la lectura de esta obra, un regalo de buena escritura, una historia entretenida y al parecer bien creada, no pude justificar dicha escogencia. Siempre pensé que Sao tendría su merecido  regalo de superación y compensación de sus grandes capacidades. Muy valiosa su lucha, pero se queda en ella. Debe sacrificar sus sueños porque "tiene mala suerte" (lo dice su creadora), la adversidad siempre la acompaña. Enseña, sin embargo, a no rendirse nunca, a pesar de la desprotección y la violencia que viven los inmigrantes negros como ella. Siempre tiene que empezar de nuevo, remontar su camino como "Sísifo ascendiendo incesantemente a la montaña con su roca a cuestas". Injusta esta LUCHA CONTRA EL VIENTO.  LVV