Difícil pensar en la madrugada sin abrigo
sin un lecho cubierto de luces
sin una huella de tu destino.
Cuánto tiempo robaré a la luna
para decirle que te extraño
que mis noches sufren de insomnio
de un hado triste, de un silencio.
Necesito su presencia entre mis días
entre la claridad del asombro,
de las noches frías, de mi locura.
sin un lecho cubierto de luces
sin una huella de tu destino.
Cuánto tiempo robaré a la luna
para decirle que te extraño
que mis noches sufren de insomnio
de un hado triste, de un silencio.
Necesito su presencia entre mis días
entre la claridad del asombro,
de las noches frías, de mi locura.
De pronto insinúo tu llegada
y mil voces resuenan en mi pecho;
no creo en fantasmas, ni en delirios,
pero tu presencia fluye como un sueño.