domingo, 11 de diciembre de 2011

Pamuk, Müller y Vargas Llosa describen el placer de la lectura

Publicado por Julián Pérez Porto en POEMAS DEL ALMA

La literatura es un arte apasionante donde entretenimiento y aprendizaje van de la mano. Sin embargo, no todas las personas saben apreciar los contenidos literarios ni manifiestan entusiasmo por la lectura. Quienes se mantienen alejados de los libros sostienen múltiples argumentos para intentar defender su desinterés cultural, pero lo cierto es que si no son lectores es porque no tienen las herramientas que les permitan tomar conciencia de lo importante que es consumir literatura.

Por esa razón, en esta oportunidad hemos decidido recoger algunas declaraciones recientes de personalidades afamadas del mundo de las letras para que sean estas figuras de renombre internacional las encargadas de explicar con sus propias palabras para qué sirve leer y qué beneficios trae la lectura. Si bien por desgano o por no querer asumir la realidad uno puede minimizar los mensajes a favor del disfrute literario, no se puede negar que el hábito de la lectura abre puertas en todos los órdenes de la vida. Quien sabe esto y, aún así, toma distancia de los libros es porque no desea progresar y mejorar día a día.
Orhan Pamuk, por ejemplo, supo ser un turco que aspiraba a triunfar como pintor hasta que sintió un profundo deseo de elaborar novelas. Escribió mucho, pero también leyó hasta cansarse. Hoy, según describe Revista Ñ, este Premio Nobel de Literatura está convencido de que leer y escribir proporciona una “enorme felicidad”.

"En mi juventud leía como un animal hambriento que se devoraba todo,
 sólo para tener una idea de lo que estaba pasando en el mundo.
Ahora, más tarde en la vida, leo más lento
y le presto atención a los detalles mínimos, pequeñas coincidencias;
 le presto más atención a objetos y colores.
Me importa mucho la relectura porque redescubro el libro,
pero también porque me doy cuento cuenta de cómo yo
 también he cambiado" confiesa el autor.

Esta sensación de reconocerse por medio de la lectura es compartida por su colega Herta Müller, la novelista, poetisa y ensayista rumano-alemana que ganó el Nobel de Literatura 2009.

"Desde niña me sentía sola y creía que, si leía podría entender mejor la vida.
Y cuando empecé a leer experimenté una unidad
y una belleza del lenguaje que me decían quién era yo.
La literatura me reconfortaba y me hacía resistir", ha asegurado ella.

En la misma sintonía que ellos se ha manifestado también Mario Vargas Llosa, el novelista peruano que conquistó el Premio Nobel el año pasado. De acuerdo a la cita publicada por Excelsior, él considera que al leer uno se prepara “para combatir la injusticia”.

"La literatura es un arma maravillosa que hemos encontrado para hacer
menos profunda e irreversible la injusticia" definió el talentoso escritor.

Si a todo esto le sumamos que la lectura estimula la imaginación, contribuye a la formación cultural, proporciona libertad e impide el aburrimiento de chicos y grandes, ¿cómo no convertir a los libros en nuestros aliados?

domingo, 2 de octubre de 2011

Momento más emotivo

En el discurso de MARIO VARGAS LLOSA al recibir el Premio Nobel de Literatura:

sábado, 1 de octubre de 2011

EL MUSEO DE LA INOCENCIA de Pamuk

¿Qué significado tiene un museo?
"Lo que aquella pregunta quería significar era que tras cada persona obsesionada con recopilar objetos y apilarlos en un rincón subyace un corazón roto, un problema profundo, una herida espiritual difícil de explicar".

Es una historia de amor que se detiene en el tiempo y hace del enamorado la persona que espera cada día a su amada, con una paciencia sin límites y un fervor indescriptible. Difícil entender el paso de los días, los meses y los años sin una mínima esperanza de conquistarla, pero con la fe puesta en lo imposible. Kemal Bey de 30 años, a punto de contraer matrimonio con Sibal -ambos pertenecientes a la burguesía-, conoce a Füsum de dieciocho, una parienta lejana y con menores recursos, y con ella vive un apasionado romance durante 67 días que terminará cuando se encuentran en su compromiso con Sibal. A partir de este momento, Füsum desaparece de la vida de Kemal quien empieza una búsqueda sin esperanzas que durará un año hasta que la encuentra casada y viviendo con sus padres. Durante este tiempo abandona a su prometida y desaparecen sus deseos de contraer matrimonio para entregarse a la tristeza y a la desesperanza. Al hallar nuevamente a Füsum no descansará durante siete años y diez meses visitando a sus padres día tras día, esperando el momento de reconquistarla y casarse con ella. Difícil este logro según lo percibe uno como lector de la obra, pero Kemal no perderá la confianza. Para ello va reuniendo objetos pertenecientes a Füsum y a su residencia, los que unirá a aquellos que recogió cuando la conoció y vivieron los mejores días, con la intención de hacer un museo y calmar con ellos sus ansias de tenerla. Deberá entonces esperar a que su amada se separe de su marido, abandone sus deseos de ser actriz y acepte finalmente convertirse en su esposa. ¿Lo logrará? Amerita entrar al museo y acompañarlo durante todas sus vivencias para descubrirlo.

“Aquellos objetos que se acumulaban sin parar se iban convirtiendo
lentamente en signos que revelaban la intensidad de mi amor.
A veces los miraba no como instrumentos de consuelo que me recordaban
las horas felices vividas con Füsum, sino como prolongaciones palpables
del huracán que soplaba en mi alma”.


“El auténtico dolor de amor se instala en el punto más esencial de nuestro ser,
 nos atrapa bien fuerte por nuestro punto más débil y,
uniéndose íntimamente a los demás dolores,
se disemina por nuestro cuerpo y nuestra vida de manera irreparable”.

Pamuk hace en esta obra todo un homenaje a su ciudad. Va a sus calles, sus almacenes, sus restaurantes, sus playas, sus barrios y sobre todo va a los lugares donde reside la clase media, para plantear las diferencias con la alta sociedad musulmana y con el modo de vivir de su protagonista Kemal Bey. En esta novela publicada después de ganar el Premio Nobel, Pamuk nos muestra todo lo que sucede en la ciudad de Estambul durante la década de los años 70-80, una época marcada por el acceso de Turquía a la modernidad y a Europa, y la violencia visible en las luchas políticas entre los partidos de derecha y de izquierda con eventuales golpes militares. De manera lenta y casi repetitiva nos relata una historia que transcurre al ritmo de la vida, a pasos rápidos en momentos de verdadera felicidad y demasiado calmada cuando se da una espera obsesiva, llena de melancolía, como sucede en la mayor parte de la obra. Sin embargo, y paradójicamente, no se detiene porque cada día alumbra una nueva esperanza enriquecida por una narrativa sensible, apasionada y llena de detalles con que nos atrae Pamuk. Así, a través de la variada repetición de hechos, lugares, personas y sentimientos nos muestra el alma de Kemal agobiada por la ausencia de su enamorada pero llena de ilusión en un final feliz. Es una de las novelas “más tiernas que conlleva más paciencia y respeto por la gente” y en la que también afirma Pamuk “para tener una verdadera relación amorosa, uno debería ser capaz de hablar sobre el amor mirando a los ojos del otro”. Un museo construido en homenaje a una de las más bellas historias de amor de la actualidad. Vale la pena la lectura de sus 641 páginas. LVV

jueves, 29 de septiembre de 2011

ORHAN PAMUK

Más que su obra, quiero hacer énfasis en al autor ORHAN PAMUK. Un nombre que antes de obtener el Premio Nobel de Literatura en el año 2006, ya lo escuchaba en labios de mi hijo con un fervor indescriptible y un apasionamiento grande por su vida y obra. Sólo hasta ahora puedo leerlo y el primer libro que llega a mis manos es EL MUSEO DE LA INOCENCIA.


“Escribo porque tengo la innata necesidad de escribir.
 Escribo porque no puedo hacer un trabajo normal como otras personas.
Escribo porque quiero leer libros como los que escribo. 
Escribo porque amo sentarme a escribir en un cuarto, todo el día.
Escribo porque sólo puedo tomar parte de la vida real cambiándola.
 Escribo porque quiero que todos los demás, todos nosotros, el mundo entero,
sepan qué clase de vida vivíamos y todavía seguimos viviendo en Estambul,
en Turquía.
 Escribo porque amo el olor del papel, del lapicero, de la tinta.
Escribo porque, más que en cualquier otra cosa, creo en la literatura,
en el arte de la novela.
Escribo porque es un vicio, una pasión.
Escribo porque tengo miedo de ser olvidado. 
Escribo para estar solo.Escribo porque me gusta que me lean.
Escribo porque una vez que he comenzado una novela, un ensayo,
 una página, quiero terminarlos.
Escribo porque tengo una devoción infantil por la inmortalidad de las bibliotecas
 y por la manera en que mis libros se asentarán en los estantes.
Escribo porque es emocionante verter en palabras todas las bellezas
y riquezas de la vida.
Escribo porque quiero escapar del presentimiento de que hay un lugar al que debo ir,
tal como en un sueño, y no puedo llegar allí del todo.
Escribo porque nunca he sabido ingeniármelas para ser feliz.
Y escribo para ser feliz".

Pamuk nació en Estambul en 1952, inició estudios de arquitectura y se graduó en periodismo para entregarse por completo a la literatura. Durante los años 1985 y 1988 vivió en Nueva York dedicado a la docencia en la Universidad de Columbia y regresó posteriormente a Estambul donde ahora es musulmán cultural. Sin embargo, antes de estabilizarse en su país tuvo problemas con la justicia ante la muerte de kurdos y armenios ya que reconoció el genocidio cometido por Turquía contra estos pueblos e hizo una crítica al silencio del gobierno sobre esta situación. Esto lo llevó a ser procesado en el año 2004 y a exiliarse en el extranjero. Se le reconoce como símbolo de la lucha de Turquía para formar parte de la Unión Europea. Su obra es considerada como uno de los fenómenos de la literatura en la actualidad ya que establece un vínculo cultural entre Oriente y Occidente a través de su prosa poética cargada de un fuerte compromiso social. Recibió gran influencia de su padre de quien heredó el gusto por la lectura y la escritura, y supo transmitirle su pasión por la literatura. De ahí que su discurso al recibir el Premio Nobel lo haya titulado La valija de mi padre, que concluyó así:

“Mi padre murió en diciembre de 2002.
Hoy, que estoy en pie frente a la Academia Sueca
 y sus distinguidos miembros que me han galardonado con este gran premio
 y sus distinguidos invitados, quisiera, con toda el alma,
que él pudiera estar entre nosotros”.

domingo, 11 de septiembre de 2011

HERMANN LEMA, otro poeta que dice adios

En este tiempo antipoético, HERMANN LEMA es uno de los pocos
que puede mostrarnos la palabra convertida en milagro de creación,
sin alteraciones ni artificios que las desfiguren o la vistan de falsos ropajes.
Este poeta de asombrosos estremecimientos ha transitado
ásperos territorios donde lo ha sorprendido
el aullido tenebroso del dolor,
el misterio alucinante de la vida,
el rostro fugitivo del amor y
  la súbita presencia de la muerte”.
Fernando Mejía Mejía

CANCIÓN DESOLADA

Este abierto cansancio
que me llega de adentro.
Esta angustia infinita
que se riega en mi sangre.
Esta herida de aceite
que en mis manos se abre.
Este llanto de fuego
que se quema en mis labios.
Este croquis de angustia
que se marca en mi frente:
Es la sombra despierta
de un poema que duerme.
Es la azul quemadura
de una luz de septiembre.
Es clamor detenido
en abismos celestes.
Es una ausencia grabada
con un sello de muerte.


POEMA DEL INSTANTE FINAL

Es tiempo de partir.
de huir hacia el futuro es tiempo;
despleguemos la velas del pasado
y digamos adiós al viejo puerto.

No debemos llorar.
Nuestros destinos de atávica fortuna
muy lejos estarán en la alta noche
cuando navegue el barco de la luna.

Como vine me voy.
Siguiendo estelas de un sueño sin sentido,
me voy como los vientos, sin oídos,
me voy como los vientos,
sin regreso.

No quedará una huella de mi paso.
quizás, un verso que esculpió mi angustia,
seguirá como un eco en otros labios
describiendo mi sombra taciturna.


HERMANN LEMA abandonó este mundo siguiendo al pie de la letra sus palabras. No mostró temor al emprender este viaje el pasado 11 de junio, puesto que siempre supo degustar el color y el aroma de este momento. Sólo que no pudo despedirse en el lugar que siempre soñó, en su biblioteca, donde habitó los mejores momentos de su vida y donde pudo recrear sus temas favoritos como la angustia, la soledad, el dolor y la muerte que le valieron el título de "poeta existencial". Su enfermedad lo condujo a un paraje intermedio donde encontró las velas abiertas para iniciar su viaje, pues allí en la clínica, con el mar en calma, pudo decir adiós e iniciar su viaje de retorno.

viernes, 22 de julio de 2011

25 años de la muerte de BORGES

"Borges no ha muerto: es un error. Borges es nuestro primer inmortal.
Lo fascinante es que él no se agota, no quedó petrificado como entre dos fechas,
sino que cada día aparece por otro lado".
 Juan Gustavo Cobo Borda


    LA LUNA       a  María Kodama

Hay tanta soledad en ese oro.
La luna de las noches no es la luna
que vio el primer Adán. Los largos siglos
de la vigilia humana la han colmado
de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.


Han pasado 25 años y Borges cobra más actualidad en el mundo de las letras hispanoamericanas. Este escritor argentino es un símbolo de la literatura del siglo XX reconocido por variadas generaciones de literatos que miran sus páginas con respeto y admiración. Porque él con sus poemas, cuentos y ensayos creó un mundo fantástico, metafísico y muy subjetivo. Pocos han comprendido su obra con facilidad, pero muchos hablan de su riqueza e inconmensurable labor, digna de las más valiosas críticas. Y como  él mismo lo expresó: “No soy ni un pensador ni un moralista, sino sencillamente un hombre de letras que refleja en sus escritos su propia confusión y el respetado sistema de confusiones que llamamos filosofía, en forma de literatura”. Se le reconoce también como precursor del Boom Latinoamericano, a través del cual sus palabras se hicieron inmortales y pudo plasmar en cada imagen descrita una obra de arte. Así, combina la perfección en el lenguaje, la erudición en sus ideas, la belleza en su poesía, y la originalidad en su fantasía. Sin duda alguna, Borges es un escritor dotado de la más vasta cultura.


AUSENCIA

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nichos de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas;
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,

martes, 12 de julio de 2011

UNA MUJER EN BERLÍN


Al leer el título de este libro, de inmediato salta a la mente la imagen de una mujer en medio de la guerra, sacrificando al máximo toda su integridad personal y completamente sumida en la desolación. Y eso vivieron quienes fueron víctimas de este terrible holocausto de la II Guerra Mundial. Sin embargo, la autora de este libro sobrevivió y desde el anonimato quiso contarnos todas sus vivencias entre el 20 de abril y el 22 de junio de 1945. “La belleza duela ahora. Todo está impregnado de muerte”  lo dice ante la imagen pasajera de unas flores bellísimas porque debe ignorarlas para enfrentar su realidad, esa locura que significó la guerra y que la mantuvo atada al mundo con una fuerza difícil de narrar. Por eso cuando escribe “La amenaza a la propia vida potencia las fuerzas vitales” encontramos motivos suficientes para justificar su lucha por ser una superviviente más, por hacer frente a la adversidad, por buscar en cada día un motivo para darle firmeza a los pies y valor a la sangre.

Vemos en esta obra, de alrededor de 300 páginas, editada por Anagrama, un testimonio desgarrador de lo que significó para las mujeres alemanas estar inmersas en un mundo que las subyugó por completo, hasta el punto de negarle todos sus derechos y obligarlas a ser víctimas de los soldados, sin consideración alguna. Sin embargo, su protagonista exhibe una fuerza superior al resto de los hombres, al igual que muchas otras, por su capacidad para sobrevivir cada día en las mínimas condiciones, pero con la firmeza de soportarlo con tenacidad.

Esta mujer inteligente y culta, una periodista con experiencia, lleva en sus espaldas el drama del hambre, de la muerte y de la violación constante que carga con resignación porque todo es producto de hombres que “nos dan pena, nos parecen tan pobres, tan débiles. El sexo debilucho". Queda la sensación de encontrar en ellas más capacidad de resistencia y más aptitud para la vida en estas circunstancias no convencionales. Un relato objetivo y casi frío que conmueve y que muestra el valeroso papel de las mujeres en una época de la historia que es necesario recordar para no tener que olvidar.

martes, 21 de junio de 2011

ROB GONSALVES





 Artista canadiense nacido en 1959. Desde su infancia desarrolló gran interés por sumergirse en la imaginación empleando variadas técnicas de perspectiva. A los 12 años, su curiosidad fue la arquitectura y edificó con pinceles la creación de barrios imaginarios y de edificios con trazos multifacéticos de colores y formas. Posteriormente, recibió la influencia de artistas como Dalí y Tanguy en la pintura surrealista, de Magritte en el realismo mágico y de Escher en la ilusión de perspectiva precisa, que fueron marcando su trabajo futuro. En sus años universitarios se dedicó a la arquitectura hasta ocuparse exclusivamente de la pintura, después de una brillante exposición en Toronto en 1990. Desde entonces sus obras “pretenden aunar en una imagen, la realidad y la imaginación” y llevan nuestro pensamiento más allá de los límites de la vida cotidiana. Realmente increíble el trabajo de este pintor.

viernes, 10 de junio de 2011

LA SEGUNDA MUJER de Luisa Castro

                                       
Luisa Castro es una escritora española nacida en 1966 y con un buen recorrido por el mundo de las letras. Ha publicado poemas y novelas, ha sido colaboradora de prensa en su país y se ha interesado por el cine. Sus críticos literarios le asignan un misterio que “no desea develar” y la admiran por su inteligencia y serenidad. En esta novela se ha encontrado coincidencias con algunos datos biográficos de la autora, ya que está casada con un filósofo y diputado socialista perteneciente a la burguesía barcelonesa –muy diferente de su Galicia natal-, pero ella ha negado cualquiera relación con su vida. Con esta obra recibió el premio Biblioteca Breve en el 2006.

Julia Varela a sus 26 años, conoce a Gaspar Ferré de 57, un rico burgués de Barcelona que se enamora de su juventud y exitosa carrera de escritora. Esto lo genera dudas y temores, pero termina aceptando el reto de corresponder a este romance. Debe cambiar su estilo de vida dedicado a ejercer su profesión con tesón por estar al lado de Gaspar. Queda entonces comprometida a un hombre que desea inmensamente tener un hijo con ella. Deberá pasar un buen tiempo para concretar la boda, conocer la familia de él y establecer su nuevo hogar. Aquí aparecen las dificultades pues Gaspar tiene un hijo de 28 años, que vive con su esposa e hijo a su lado y la rechaza completamente. También debe convivir con sus suegros que son sus vecinos y acompañantes habituales en su nueva vida. Sus libros no encuentran el espacio ideal y su tiempo para escribir es limitado porque nace su hija y dedica todo su tiempo al cuidado de ésta y de su hogar. Sin embargo y a medida que pasa el tiempo, Julia descubre en su esposo un gran egoísmo y poco interés por involucrarla en la familia Ferré y conservar su hogar. Le interesa más la relación con su antigua amante y sobre todo con su hijo que sólo quiere llamar su atención para obtener dinero. Deberán pasar muchas dificultades en la vida de Julia para comprender que Gaspar es su mayor enemigo y abandonar con su hija este hogar que solo le ha brindado soledad, humillación y aislamiento. Finalmente regresa a su pueblo, a Galicia, donde viven sus padres, para comenzar allí una nueva vida.

Esta novela nos muestra una historia sobre dos generaciones, dos clases sociales y dos formas de ver la vida de manera distinta. Vemos en ella las marcadas diferencias entre la cultura catalana y la gallega, fuera del choque generacional y desavenencias que se producen entre los protagonistas. A esto se le añade las desigualdades sociales y se entiende el problema de comunicación de esta pareja. Así, mientras él somete a su joven esposa a su estilo particular, ella acepta asumir este rol para salvar su matrimonio, pero finalmente se da cuenta de que no es posible y debe renunciar. Resulta inaceptable para el lector ver este tipo de violencia psicológica atribuido a una mujer joven, culta, independiente y luchadora. Un caso grave de alienación afectiva. Así, LA SEGUNDA MUJER termina siendo una novela que atrae por su título y por el manejo que le da la Luisa Castro a este tema tratado desde una óptica femenina. LVV

jueves, 9 de junio de 2011

RELOJ DE LUNA de Adalberto Agudelo Duque

En una bella caja de poemas, este escritor manizaleño plasma su sentimiento con el título RELOJ DE LUNA. Dedica a cada fase de la luna una serie de textos en los que imprime su estilo literario que está lleno de riqueza y de especial melodía. Es sin duda uno de los más sólidos escritores contemporáneos de Caldas y de Colombia.

CUARTO CRECIENTE
Alta la llama                                           Esta ternura
la vela se consume                                 sin destino ni destinatario
construyéndose                                      malgastada en los bolsillos
en sólidas columnas                               acorralada
de luz.                                                   entre las cuatro paredes
Alta la llama                                           de la soledad,
la vida se consume                                 te espera en el fuego y el vino
en el amor y la ternura.                           y te sueña
                                                             en el tamaño exacto de las manos.

LUNA LLENA
He mirado el libro de mi mano,                 No está rota la fuente del deseo:             
bruñido espejo de lunas imposibles,          llena hasta el borde se derrama
y te he visto desnuda,                               noche a noche, gota a gota
hambrienta de carne                                 en el cántaro sin fondo
temblorosa de deseo.                               donde brilla la luna.
Dame la llave para abrirte.                         Fuego en la ceniza,
¡Presiento tanto placer                              chispa en la fragua
encerrado en tu cofre!                               la semilla germina
                                                               en el oscuro pozo
                                                               de tu entraña.


CUARTO MENGUANTE
En el libro viejo                                    Compañera de viaje:
y venerable de mi mano                        empaquemos una sonrisa en la valija.
está escrito este presagio:                    Abrámosle la puerta a la alegría.
no beberás de la congoja                      Compartamos el pan, el vino,
de un punto final, una seña                    el agua de la fuente.
en la línea mayor de tu destino.              Invitemos el gozo a nuestro lado
El parloteo de los tacones                      en el bus, el ascensor
en el asfalto                                          o bajo el árbol que dio sombra
no indicará la guarida                             al temblor del beso.
de tus demonios secretos.                     Hagásmosle un sitio en la silla
Por ahora y mejor para siempre              en que sentamos nuestros sueños,
duerman la siesta.                                 o bajo las mantas en el lecho.
                                                            ¡Hay tanta dicha abriéndonos los brazos!
                                                            Abrásmosle la puerta de la casa
                                                            de la alcoba,
                                                            y brindémosle el pan, el vino,
                                                            el agua de la fuente, compañera.

LUNA NUEVA
Uno escancia el poema                             Te he amado tanto amor
como el vino:                                            que ya no tengo
si mejor la cosecha más añeja                   sino la ausencia de tus manos
mejor el verso que anuncia la llegada          en mis manos.
de una pena antigua.                                 No hay lugar para los sueños:
Yo lo escancio hasta el fondo                     la ternura
para recuperar el perfume                          se fue río arriba llorando
que se yergue altivo                                  entre las piedras.
en cada palabra, en cada ritmo                  No hay calor. No pasión:
y saboreo el bouqué                                  sólo el hielo
desde el herido blanco de la página.           quemándonos los cuerpos
                                                                la piel, las palabras, el gemido.
                                                                En el tiempo de un no
                                                                se apagó la hoguera
                                                                y en el espacio de los poros
                                                                sólo quema el olvido,
                                                                una llama gris
                                                                sin calor y sin dueño
                                                                y el temblor de la pena floreciendo
                                                                en la rosa del poema.


jueves, 19 de mayo de 2011

ERNESTO SÁBATO: Otra ausencia con olor a gloria

"Yo escribo, porque si no me hubiera muerto, para buscar el sentimiento de la existencia".

"Habrá siempre un hombre tal que, aunque su casa se derrumbe, estará preocupado por el Universo. Habrá siempre una mujer tal que, aunque el Universo se derrumbe, estará preocupada por su hogar". (Uno y el universo)

"La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse".

"Yo creo que la verdad es perfecta para las matemáticas, la química, la filosofía, pero no para la vida. En la vida, la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza cuentan más".

Próximo a celebrar los 100 años de su nacimiento, murió el pasado 30 de abril el escritor argentino ERNESTO SÁBATO quien entró a engrosar la lista de los escritores latinoamericanos que dejan una historia qué contar en el mundo de las letras. Porque Sábato, con sus novelas y sus ensayos sobre la condición humana llegó a ser considerado uno de los autores más grandes de la lengua española. Su vida fue una completa lucha por los derechos humanos y una vez terminó la dictadura militar en su país se dedicó a estudiar la historia de desapariciones, torturas y hechos horripilantes que marcaron un periodo decadente de Argentina entre 1976 y 1983. Obtuvo el Premio Cervantes en 1984 y fue ajeno a los honores del Premio Nobel, como otros grandes de su época. Terminó sus últimos años pintando, una vocación artística que supo alternar cuando ya sus ojos le negaron la luz necesaria para seguir escribiendo. Su estilo pictórico se asemeja al expresionismo y no deja de mostrar el alma de este valioso escritor.