"Yo no
soportaba que vendiera enciclopedias, ni que pronunciara discursos, ni que
llevara ese sombrero. No soportaba que escribiera cartas a los periódicos. Las
cartas sobre los problemas locales o aquellas en las que promocionara la
educación o los derechos de las mujeres y se oponía a la educación religiosa
obligatoria… Yo misma no era muy diferente de mi madre pero lo ocultaba,
sabiendo los peligros que encerraba”.
“…los consejos que se daban a las mujeres, a las niñas, partían de la base de que ser mujer te hacia vulnerable, que era necesario cierto grado de cautela, seria inquietud y autoprotección, mientras que se suponía que los hombres podían salir y vivir toda clase de experiencias, desechar lo que no querían y volver orgullosos. Sin pensarlo siquiera, yo había decidido hacer lo mismo”.
“¿Qué tiene de bueno la
naturaleza? La naturaleza solo es una criatura a la caza de otra, siempre. La
naturaleza no es más que derroche y crueldad, tal vez no desde el punto de la
naturaleza, sino del ser humano. La crueldad es la ley de la naturaleza”.
Una obra
sencilla escrita en un lenguaje depurado y cuidadoso por alguien que crece en
un ambiente agobiado por el poder masculino y por las normas impuestas por una
sociedad cerrada y patriarcal. Su protagonista narra sus experiencias tempranas
y todos los recuerdos de esa época de la niñez y juventud saturada de
convenciones y de reglas estrictas en las que la mujer no logra encontrar
espacio.
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Su autora, Alice Munro, la canadiense
ganadora del Premio Nobel de Literatura 2013, parece relatar su vida temprana, tan
elemental pero decisiva en sus relatos, que transcurrió en una granja de
Wingham, Ontairo en la época de Depresión. La obra fue escrita cuando su autora
tenía 40 años y fue publicada en 1971. Es la decimotercera mujer en obtener
este premio y la primera contadora de cuentos en recibirlo. LVV