"Yo no
soportaba que vendiera enciclopedias, ni que pronunciara discursos, ni que
llevara ese sombrero. No soportaba que escribiera cartas a los periódicos. Las
cartas sobre los problemas locales o aquellas en las que promocionara la
educación o los derechos de las mujeres y se oponía a la educación religiosa
obligatoria… Yo misma no era muy diferente de mi madre pero lo ocultaba,
sabiendo los peligros que encerraba”.
“…los consejos que se daban a las mujeres, a las niñas, partían de la base de que ser mujer te hacia vulnerable, que era necesario cierto grado de cautela, seria inquietud y autoprotección, mientras que se suponía que los hombres podían salir y vivir toda clase de experiencias, desechar lo que no querían y volver orgullosos. Sin pensarlo siquiera, yo había decidido hacer lo mismo”.
“¿Qué tiene de bueno la
naturaleza? La naturaleza solo es una criatura a la caza de otra, siempre. La
naturaleza no es más que derroche y crueldad, tal vez no desde el punto de la
naturaleza, sino del ser humano. La crueldad es la ley de la naturaleza”.
Una obra
sencilla escrita en un lenguaje depurado y cuidadoso por alguien que crece en
un ambiente agobiado por el poder masculino y por las normas impuestas por una
sociedad cerrada y patriarcal. Su protagonista narra sus experiencias tempranas
y todos los recuerdos de esa época de la niñez y juventud saturada de
convenciones y de reglas estrictas en las que la mujer no logra encontrar
espacio.
Sin muchas
comodidades y disfrutando del aire puro, crece Della o Del –como se le llama en
la novela- al lado de sus padres, en especial de su madre, que pretende ser
buen ejemplo espiritual para su hija en un lugar llamado Jubilee. Allí, junto con su hermano Owen, es testigo
del trabajo infructuoso de ella dedicada a vender enciclopedias de casa en
casa, luchando sola en un mundo ajeno a los intereses intelectuales y a la vida
femenina en la sociedad. Della, algunas veces la acompaña y se inquieta con la
idea de encontrar su verdadera fe, indagando en las diferentes religiones que
tienen asiento en su pueblo y pasando infructuosamente de una iglesia a otra. No
acepta la idea -tan común en su medio- de que las mujeres no tienen cerebro y
logra destacarse en sus estudios, demostrando sus capacidades y su excelente
nivel intelectual. Ama la literatura y la música, hasta el punto de llenar sus
ojos de lágrimas cuando escucha fragmentos de sus óperas favoritas. Junto con
sus amigas incursiona en los campos del sexo y del amor hasta llegar a
convertirse en una persona ajena a sus intereses y a sus capacidades,
olvidándose de la beca que se da a los estudiantes con mejores promedios de
nota en Jubilee. Por fortuna, finalmente reacciona y atiende a los llamados
internos de su yo femenino, capaz de enfrentar su dolor por las pérdidas que
debe asumir y capaz de hacer frente a su nuevo destino que la llevará a corregir
sus errores. Su vocación por la literatura aparecerá como una especie de
anzuelo que la ensartará con el mundo.
Su autora, Alice Munro, la canadiense
ganadora del Premio Nobel de Literatura 2013, parece relatar su vida temprana, tan
elemental pero decisiva en sus relatos, que transcurrió en una granja de
Wingham, Ontairo en la época de Depresión. La obra fue escrita cuando su autora
tenía 40 años y fue publicada en 1971. Es la decimotercera mujer en obtener
este premio y la primera contadora de cuentos en recibirlo. LVV