Después de una lectura descoordinada y bastante pausada de
la obra Largo pétalo de mar, al fin
encontré el punto final. De esta manera, vuelvo a tomar
contacto con mi blog y con la literatura. Muchas ocupaciones me aislaron de
ella y es imperdonable decirlo cuando uno de mis mayores placeres es tener un
libro entre mis manos. Sin embargo, al iniciar este blog se me ocurre pensar
que la obra también generó esta falta de contacto con ella. A pesar de la
temática interesante y vital como en todas las obras de Isabel Allende, hallé algunos relatos que pudieron evitarse y un final que parece no encontrar la
llegada a su puerta.
Valioso tener a la historia del siglo XX como testigo de
los hechos aquí relatados y en particular estos dos hechos: La Guerra Civil
Española con el general Franco a la cabeza y El golpe de Estado del general
Pinochet contra el gobierno de Salvador Allende en Chile. Son acontecimientos
que viven los protagonistas en distintos momentos de la obra, los enfrentan con
valentía y sobreviven al paso de estas dos tormentas. Así, Victor Dalmau y
Roser Bruguera se encuentran en España, a punto de abandonar Barcelona y
buscar un exilio que les permita cruzar los pirineos rumbo a Francia. El esposo
de Roser está ausente porque ha ido a la guerra y con la ayuda de su cuñado que
ejerce como enfermero y de la madre de ambos, esta pareja logra salir del país.
No será fácil para ellos, pero tendrán la fortuna de recibir la ayuda del poeta
Pablo Neruda quien les permitirá llegar a Chile a bordo del Winnipeg con dos mil refugiados de su
país, en 1939. Arribarán a ese “largo
pétalo de mar” como lo dice en uno de sus poemas el mismo poeta chileno, y
allí encontrarán el mejor recibimiento y una gran acogida que les permitirá
adaptarse a una nueva vida durante décadas. Victor se hará médico y Roser una
reconocida pianista hasta que el presidente socialista Salvador Allende, amigo
de Víctor, es derrocado por Pinochet en 1990. Volverán los obstáculos y el
exilio para Victor, marcado ahora por la dictadura, aunque siempre contará con
la presencia de Rose.
Estos hechos enmarcan la obra y a su alrededor surgirán muchos otros conflictos y situaciones de la vida diaria que van enriqueciendo
la novela y madurando a los personajes principales. En ellos se centra la
narración que cuenta con pocos diálogos y una preferencia de la autora por
Roser Bruguera a quien le da fuerza, encanto y una capacidad salvadora ante
tanto desarraigo. Es una historia de amor que se pone a prueba frente a los
hechos históricos ya mencionados que, a su vez, condenan a Victor y a Roser a un exilio
prolongado a medida que crecen y envejecen. Esta pareja que realmente no lo es,
mantiene una relación que supera todos los parentescos y amistades hasta
descubrir después de muchos años lo que realmente significan el uno para el otro.
El título de la obra es un homenaje al poeta Neruda, tan cercano a Isabel
Allende en su historia y en sus afectos. Además lo tiene presente en los
versos que plasma al comienzo de cada capítulo, sin olvidar a Salvador Allende,
ese protagonista de la historia chilena y más cercano aún a la escritora. Igualmente,
es valiosa la presentación de fotografías con las que la novelista ilustra la
parte interior de la carátula y los créditos de dichas imágenes en las últimas
páginas del libro. Todo esto nos habla de su amplia documentación y del
recorrido por la historia de Chile a través de entrevistas, fotografías y
acercamientos a supervivientes del mencionado episodio. Un trabajo, como todos
los de Isabel Allende, lleno de amor por su patria y del deseo de rescatar -una
vez más- una historia que nunca podrá olvidarse. LVV