domingo, 3 de abril de 2011

EL ÚLTIMO ENCUENTRO de Sándor Márai

Cuánto daríamos, algunos seres nostálgicos como yo, por tener un último encuentro con aquella persona que pasó por nuestra vida dejando una huella profunda, pero que por circunstancias desconocidas se alejó para siempre en silencio. ¿Qué sucedió? ¿Por qué me abandonó? ¿Qué hice para ganarme su olvido? ¿Cómo pudo borrarlo todo? Entonces... surgen variadas y contradictorias respuestas que, con el tiempo, van mezclándose con sentimientos de dolor y soledad.

Y pasan los años y llegan otras personas y cambia el color de nuestro universo afectivo, pero perdura ese recuerdo que no cesa de buscar la verdadera respuesta con una voluntad impotente y triste. La esperanza nos mantiene en vida y se vuelve más importante descubrir ese secreto que el reencuentro con esa persona ya desconocida que hirió nuestro orgullo y que ahora está en la otra esquina.

Estas sensaciones y vivencias son las que plasma Sándor Márai en esta obra y que constituyen el punto de partida para producir un encuentro entre dos amigos, casi hermanos, después de 41 años y 43 días de separación o de "huida" como lo llama el protagonista. Lentamente el general prepara la llegada de quien traicionó su confianza para enfrentarlo a un pasado de felicidad y sufrimiento, de complicidad e infidelidad, de entrega y soledad. Así, el lector conoce, a través de un supuesto diálogo, el destino de dos personajes unidos en su adolescencia y juventud, pero separados en su edad madura y a punto de morir dignamente en su vejez. Un destino que descubrirá el secreto en un duelo de palabras y de gestos, de monólogos intensos y silencios aprobatorios, de preguntas inquisidoras y negativas a responder.

Duele la impotencia que generan los años y el tiempo de espera transcurrido para dar un final digno al orgullo herido. Sin embargo, al mismo tiempo, sorprende la sabiduría del autor para interpretar las leyes del caracter humano y la valentía para sobreponerse a ellas. Una obra a favor de la vida y de la comprensión del género humano.


"El secreto y regalo mayores de la vida es cuando se encuentran dos personas "semejantes". Esto ocurre raras veces, como si la naturaleza impidiese tal armonía mediante todas sus fuerzas y tretas, quizás porque para la creación del mundo y la renovación de la vida es necesaria la tensión que se forma entre dos personas que no cesan de buscarse, pero que tienen intenciones contrarias y diferentes ritmos vitales".
 Página 154