A veces pienso en la vida y me atormenta el deseo de seguir luchando, de seguir soñando, de seguir construyendo, de seguir amando, de seguir...
Parece una locura saber que los caminos me llevan a un territorio indeciso, donde no hay estrellas, ni diáfanas sonrisas, ni el inconfundible aroma de tu voz. Solo puedo encontrar el llanto matutino de la duda, el espejo de piedra y la sombra del cielo y del agua. ¿A dónde me llevará este aliento? Tal vez reciba el eco lejano de tus palabras y quede perdida como tantas veces... en un paisaje de misterios, con manos alzadas y luces que buscan el camino, pero también girando errante en medio de la noche, hallando sólo el vacío. Nada detiene este lento transcurrir de mi silencio. Sé que no puedo fiarme de mi memoria ni de mis sueños ni de mi luna ni mucho menos de mi paisaje. Entonces debo buscar un aire suave y perderme para siempre en mi delirio.
Parece una locura saber que los caminos me llevan a un territorio indeciso, donde no hay estrellas, ni diáfanas sonrisas, ni el inconfundible aroma de tu voz. Solo puedo encontrar el llanto matutino de la duda, el espejo de piedra y la sombra del cielo y del agua. ¿A dónde me llevará este aliento? Tal vez reciba el eco lejano de tus palabras y quede perdida como tantas veces... en un paisaje de misterios, con manos alzadas y luces que buscan el camino, pero también girando errante en medio de la noche, hallando sólo el vacío. Nada detiene este lento transcurrir de mi silencio. Sé que no puedo fiarme de mi memoria ni de mis sueños ni de mi luna ni mucho menos de mi paisaje. Entonces debo buscar un aire suave y perderme para siempre en mi delirio.