F R A G I L I D A D Frágil la vida que se va gastando con el pasar de los años... Frágil la palabra que debe fijarse para evitar el olvido... Frágil la fuerza para iniciar un intercambio de verdades y de sueños, de memorias y de obsesiones, de locuras y realidades... Frágil es este encuentro que tiene como testigo a una mariposa...
miércoles, 7 de marzo de 2012
domingo, 4 de marzo de 2012
LA PUERTA de Magda Szabó
Resulta perturbador llegar a la puerta de quien nos impide acercarnos con una barrera saturada de dudas y prevenciones. Nada fácil penetrar en ese lugar que esconde con pudor una gran soledad y una vida llena de miseria. Es comprensible, entonces, no insistir para no dar paso a un dolor mayor. Sin embargo, como gatos sigilosos hemos podido emitir nuestro ronroneo al abrir y cerrar de esa puerta. Una puerta que por instantes y en medio del silencio imperceptible nos deja hoy al descubierto un nombre de mujer: EMERENC.
despilfarraba su generosidad sin medida
y solo dejaba entrever su soledad a otros seres abandonados”.
“Emerenc no quería vivir más,
porque entre todos habíamos derribado los soportes
que habían sostenido su existencia
y el aura mítica que la envolvía”.
¿Cómo no conocer su mundo? ¿Cómo no acercarnos a esta persona que durante 20 años sirvió en una casa de profesionales jóvenes en las afueras de Budapest? ¿Cómo no ser testigos de una vida de servicio a una comunidad que siempre confió en su ayuda, aún en medio de las limitaciones? ¿Cómo entender sus arrebatos de dominio, sus críticas desatadas, su extrema seriedad? Emerenc, aquella mujer que trabajó sin propinas y sin amistad con nadie; que amó a Viola, su perro y compartió con él todos sus secretos; que dio muestras de cariño a sus conocidos; que odió la lectura, la intelectualidad, la religiosidad, la burguesía; que soñó con reunir a toda su familia en una lujosa cripta; que se mostró incansable en sus labores diarias; que perdonó las ofensas amorosas de sus pretendientes; que se desvinculó de sus raíces familiares y siempre estuvo dispuesta a no abrirle la puerta a nadie. A nadie. Sólo a la escritora, a esa mujer valiente y generosa que supo ganarse su cariño y su confianza, a costa de callar y perdonar sus marcados enojos. Magda, Magduska, fue fiel a su promesa de guardar su secreto hasta que la enfermedad de Emerenc la llevó a traspasar ese umbral prohibido. Ya nada podrá salvarla de las acusaciones de Emerenc, ni del descubrimiento del estado indeseable de ella, ni mucho menos de sus propias culpas y remordimientos. Ahora solo queda cerrar la puerta e intentar digerir lo vivido. Muchos sentimientos contradictorios debemos soportar, pero valió la pena el esfuerzo por hacer frente a este duelo psicológico narrado en una prosa que atrapa y conquista. Todo un tratado sobre las relaciones humanas y una búsqueda de acercamiento entre la intelectualidad y la sencillez, entre la rudeza y la ternura del amor, entre la realidad y la fantasía en la vida de la escritora Magda Szabó. LVV
"Toda relación afectiva nos hace vulnerables ante el sufrimiento
y cuanto más lazos de este tipo establezcamos en la vida,
más flancos débiles tenemos"
Schopenhauer
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