En una bella caja de poemas, este escritor manizaleño plasma su sentimiento con el título RELOJ DE LUNA. Dedica a cada fase de la luna una serie de textos en los que imprime su estilo literario que está lleno de riqueza y de especial melodía. Es sin duda uno de los más sólidos escritores contemporáneos de Caldas y de Colombia.
CUARTO CRECIENTE
Alta la llama Esta ternura
la vela se consume sin destino ni destinatario
construyéndose malgastada en los bolsillos
en sólidas columnas acorralada
de luz. entre las cuatro paredes
Alta la llama de la soledad,
la vida se consume te espera en el fuego y el vino
en el amor y la ternura. y te sueña
en el tamaño exacto de las manos.
LUNA LLENA
He mirado el libro de mi mano, No está rota la fuente del deseo:
bruñido espejo de lunas imposibles, llena hasta el borde se derrama
y te he visto desnuda, noche a noche, gota a gota
hambrienta de carne en el cántaro sin fondo
temblorosa de deseo. donde brilla la luna.
Dame la llave para abrirte. Fuego en la ceniza,
¡Presiento tanto placer chispa en la fragua
encerrado en tu cofre! la semilla germina
en el oscuro pozo
de tu entraña.
CUARTO MENGUANTE
En el libro viejo Compañera de viaje:
y venerable de mi mano empaquemos una sonrisa en la valija.
está escrito este presagio: Abrámosle la puerta a la alegría.
no beberás de la congoja Compartamos el pan, el vino,
de un punto final, una seña el agua de la fuente.
en la línea mayor de tu destino. Invitemos el gozo a nuestro lado
El parloteo de los tacones en el bus, el ascensor
en el asfalto o bajo el árbol que dio sombra
no indicará la guarida al temblor del beso.
de tus demonios secretos. Hagásmosle un sitio en la silla
Por ahora y mejor para siempre en que sentamos nuestros sueños,
duerman la siesta. o bajo las mantas en el lecho.
¡Hay tanta dicha abriéndonos los brazos!
Abrásmosle la puerta de la casa
de la alcoba,
y brindémosle el pan, el vino,
el agua de la fuente, compañera.
LUNA NUEVA
Uno escancia el poema Te he amado tanto amor
como el vino: que ya no tengo
si mejor la cosecha más añeja sino la ausencia de tus manos
mejor el verso que anuncia la llegada en mis manos.
de una pena antigua. No hay lugar para los sueños:
Yo lo escancio hasta el fondo la ternura
para recuperar el perfume se fue río arriba llorando
que se yergue altivo entre las piedras.
en cada palabra, en cada ritmo No hay calor. No pasión:
y saboreo el bouqué sólo el hielo
desde el herido blanco de la página. quemándonos los cuerpos
la piel, las palabras, el gemido.
En el tiempo de un no
se apagó la hoguera
y en el espacio de los poros
sólo quema el olvido,
una llama gris
sin calor y sin dueño
y el temblor de la pena floreciendo
en la rosa del poema.
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