El gran tema del arte en Colombia es la violencia y duele saber
que de eso se alimenta, aunque nuestros artistas suelen nombrar el conflicto
como una metáfora y hacer de él una catarsis que repara y sana. Lejos está la
premisa de hacer el arte por el arte. A ellos les cuesta desligarse
de la realidad, de lo que tienen cerca que está manchado de sangre, sufrimiento
y dolor. Buscan entonces la manera de hacer el duelo, lamentar lo perdido y encontrar
espacios para mirar el mundo con otros ojos.
Y a eso llegó la pintora antioqueña DÉBORA ARANGO (1907-2005), de tendencia expresionista, que fue criticada por la sociedad del siglo pasado que la condenó al ostracismo y solo fue reconocida en la década de los años 80. Se dice que esta pintora rebelde y audaz mostró la realidad sin velos, de manera cruda y descarnada. Los políticos, la iglesia y los militares colombianos no se salvaron de sus fuertes críticas a través de la pintura, y sus desnudos fueron escandalosamente censurados, más aún al verlos firmados por un nombre de mujer. En sus obras hizo una denuncia al trato dado a la mujer carente de derechos y de posibilidades de elegir y ser elegida, como también reflejó la situación social del momento que le tocó vivir. No temió alejarse de lo estético y sus personajes como prostitutas, monjas y obreros tienen una representación caricaturesca que va más allá de lo físico hasta buscar lo más descarnado de la cotidianidad. Por fortuna, toda su producción finalmente vio la luz y se le reconoció su valor como un Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional. Débora nos dejó un legado de autenticidad, coherencia y compromiso social. LVV
"Yo concibo el arte como una interpretación de la realidad y es esto lo que me posibilita el llegar, a través de él, a la verdad de las cosas: sacar a flote lo oculto, lo falso, lo que no se puede manifestar abiertamente».
“La vida, con toda su fuerza admirable, no puede apreciarse jamás entre la hipocresía y entre el ocultamiento de las altas capas sociales: por eso mis temas son duros, acres, casi bárbaros; por eso desconciertan a las personas que quieren hacer de la vida y de la naturaleza lo que en realidad no son...".
“Yo pinté la ausencia: la ausencia de amor, la ausencia de desnudez, la ausencia de complicidad, la ausencia de vida, la ausencia de ternura, la ausencia de justicia”.
"Yo fui pintando lo que fui viendo".
1 comentario:
Fascinante la entrada y las obras bellisimas pero igualmente crudas. Saludos, Natalia.
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