“Historias de mujeres es para mí uno de esos libros especiales, una obra que
guardo dentro del corazón porque siempre
la sentí llena de vida, esto es, llena de la tumultuosa, encrespada y
alucinante vitalidad de las mujeres que retrata”. Rosa Montero
Después de un largo
silencio en este blog, un poco por falta de lectura y otro tanto por carencia
de un texto cuyo contenido y estilo narrativo mereciera un espacio, encuentro
ahora una obra que superó mis expectativas y que bien vale la pena reseñarla.
Leí primero Historias de mujeres escrita por Rosa Montero en 1995 y
disfruté al máximo las narraciones sobre cada una de las 15 mujeres elegidas
para su trabajo. Una vez terminé su lectura y, sin disponerme aún a escribir sobre la obra,
encontré en la librería de mi preferencia un libro que, de inmediato, atrajo mi
atención: por su nombre NOSOTRAS. Historias de mujeres y algo más, por
su carátula -imagen y colores-, por la presentación de los títulos, las citas
textuales y las ilustraciones –retratos caricaturescos diseñados de manera
fascinante por María Herreros-, y por el escrito final de un Herbor de mujeres -90 pequeños relatos- desde
la antigüedad hasta la época actual. Era el mismo libro de la escritora
española, aumentado y mejorado, y de nuevo, me entregué a su lectura degustando
cada uno de los textos, imágenes, y cambios y anexos hechos por la misma
autora. Un ALGO MÁS que le dio realce a su libro y que permitió ponerme a tono
con la época en que fue reeditado, 2018.
Todo lo
anterior atiende más a la presentación del libro, olvidándome un poco de su valor
esencial: el rescate de las memorias olvidadas en la historia, la recuperación
de esa voz femenina cuya existencia ha sido callada durante milenios. Hay entusiasmo
y alegría, como también dolor y rabia en su contenido. Porque Rosa Montero
realiza un trabajo de investigación inteligente y exhaustivo al acometer esta
búsqueda de mujeres –muchas de ellas completamente desconocidas-, indagar sobre
la vida y obra de cada una y al final presentarnos un relato interesante,
detallado y supremamente realista. “Una versión apasionada”, como ella misma lo
dice. No se trata de ensalzar a sus protagonistas –que ahora son 16-; la
escritora nos presenta, en esencia, una semblanza de ellas en donde conjuga lo
grandioso con lo ordinario, lo heroico con lo tiránico, lo artístico con lo simple
y hasta torpe, y lo bueno mezclado con lo maléfico. Todas ellas con fisuras,
con ausencias y presencias, defectos para disimular y virtudes para festejar, sueños y pesadillas, y con habilidades y
destrezas enfrentadas a grandes pasiones y conflictos; sin contar con el desenlace final de
la mayoría: diezmadas por el hambre, la soledad, la peste, el abandono, la
locura, el desprecio y las enfermedades.
Sin embargo, todas con historias
fascinantes, llenas de “de luces y de sombras”, porque así es el género humano,
esa mezcla paradójica del éxito con la derrota. Ellas son Agatha Christie, Mary Wollstonecraft,
Zenobia Camprubí, Simone de Beauvoir, Lady Ottoline Morrell, Alma Mahler, María
Lejárraga, Laura Riding, George Sand, Isabelle Eberhardt, Frida Kahlo, Aurora y
Hildegart Rodríguez, Margaret Mead, Camille Claudel, Las hermanas Brontë e Irene de
Constantinopla.
Las mujeres tenidas en
cuenta provienen de un pasado que fue exclusivo para ellos, donde los hombres se
cubrieron de gloria, ignorándolas y haciéndolas invisibles. Fueron ensombrecidas
y sus logros devorados por quienes las rodeaban, como la historia misma nos lo
demuestra. Y son muchas más las mujeres silenciadas, provenientes de todas las
sociedades y de todas las épocas como las ya mencionadas, de modo que este
acercamiento de la autora a sus vidas, nos permite cambiar la visión del mundo,
haciéndolo más igualitario. Una tarea para todos, para ellos y para nosotras,
en la que “la deconstrucción del sexismo se convierta en una causa común” que
nos lleve a un cambio de roles en una nueva sociedad, a la altura de todos, porque el futuro debemos construirlo hombres y mujeres, como Rosa Montero lo
plantea. LVV
“Haciendo esta serie, he advertido con más
claridad que nunca que cada vida es una aventura, una desviación de las
limitaciones de lo correcto. Quizá sea eso, en definitiva, lo más importante
que he aprendido: que la normalidad es lo que no existe”. Rosa Montero