lunes, 15 de febrero de 2021

HAY FESTIVAL para todos

Vivir el HAY FESTIVAL de Colombia, en su edición XVI, desde mi casa y en contacto con las ediciones de Cartagena, Jericó y Medellín, fue un regalo maravilloso. Ideal asistir a Cartagena y disfrutarlo allí en todo su esplendor –como lo experimenté hace algunos años–, pero en tiempos de pandemia es otra la puesta en escena. Por fortuna, el festival abrió sus puertas a todos los públicos y en esta oportunidad enriqueció la oferta de invitados, ya que fueron 160 procedentes de 16 países. Ellos estuvieron presentes en 126 actividades digitales y algunas presenciales, en las que se destacó no solo la literatura, sino también la filosofía, la economía, la música, la ciencia y el cine, sin dejar atrás la historia y la pintura.

En mi caso y desde el 22 al 31 de enero, asistí a 16 conversatorios relacionados con la literatura, la pintura y el cine. Las reflexiones de los expositores centradas en sus vidas y en sus libros mostraron -en la mayoría de los casos- la situación actual del hombre que siempre se ha debatido entre la riqueza y la pobreza, la igualdad y la injusticia, la construcción y la destrucción, la libertad y la esclavitud, la grandeza y la miseria. Es esa la historia que hemos vivido durante siglos y que no nos desliga del pasado remoto, porque la actualidad siempre estará cercana a él y necesita de ese continuo contacto. Así mismo, muchas de sus novelas son testimonio de las relaciones de familia y de esos diálogos intergeneracionales, a veces tan extraños, que ameritaron ser grabados en las páginas de sus libros; sin olvidar las revoluciones culturales en torno a los sentimientos, emociones, deseos, necesidades y capacidades de las mujeres que han conquistado derechos y siguen en la lucha de cambiar esta cultura patriarcal por una más igualitaria y digna de vivir. 

Lo anterior en estrecha relación con la memoria, la verdadera protagonista de sus obras y “esa puerta de entrada a ese territorio tan difícil como es el pasado” -lo mencionó uno de los invitados-. Reconocieron que hablar en voz alta tiene sentido porque toda situación humana invita a una experiencia creativa y artística que, a su vez, es un proceso catártico que amerita ser compartido con los lectores, en este caso. Tampoco ignoraron el valor del silencio y es precisamente el que los ha llevado a escuchar sus propias voces. Voces que insistieron en la creación de un mundo más generoso y acogedor, cargado de lucha y de asombro, así duela porque ese dolor mantiene la atención en lo que pasa e impulsa a buscar un futuro mejor. 

Esas voces tan especiales fueron las de los siguientes autores, con sus producciones literarias: 

-              Juan Gabriel Vásquez: Volver la vista atrás         Irene Vallejo: El infinito en un junco

-               Isabel Allende: Mujeres del alma mía                   Fernando Savater: La peor parte

-               Rosa Montero: La buena suerte                             Martha Orrantia: Cipriano

-               Gloria Susana Esquivel: ¡Dinamita! Mujeres rebeldes en la Colombia del siglo XX

-               Myriam Bautista González: Rebeldes: osadas y transgresoras mujeres colombianas

-                Manuel Vilas: Alegría                                              Emilie Pine: Todo lo que no puedo decir

             Emilie Pine: Todo lo que no puedo decir            Tiago Ferro: El padre de la niña muerta

                                        Melva Escobar: Cuando éramos felices, pero no lo sabíamos

                                                                          Marieke Lucas Rijneveld: La inquietud de la noche         

         Lo anterior, sin olvidar las intervenciones de Gabriel Jaime Arango en su conferencia Diez cuadros para dibujar un país, Claudia Avendaño en su charla Las emociones y las mujeres en la historia de la cultura, y las reflexiones sobre cine de Laura Mora y de Víctor Gaviria. Todos ellos acompañados, en su mayoría, de excelentes entrevistadores que hicieron de estos conversatorios verdaderas clases magistrales. L.V.V.

2 comentarios:

Galu dijo...

Buen articulo sobre el Hay Festival.
Admirable tu juicio y dedicación para ampliar tu ya vasto conocimiento de las ciencias. Me alegra que hubieras podido disfrutar tan importante evento.
Felicitaciones

Lilia Valencia Valencia dijo...

Gracias, Galu. Dediqué 10 días para apreciar el Hay Festival de manera virtual. Lo hice con tal juicio que no sobraron las palabras para escribir sobre él. De verdad, lo disfruté a plenitud.